Una copa de café granizado bien frío, como me gusta con su sabor amargo, observo desde la terraza al hombre de pelo cano a la pareja de jóvenes que se besan como si fuera el fin del mundo al gato rayado que maulla a las amigas que ríen descaradamente al paso de cebra gastado los observo para después sumarme a ellos y ser uno más del bullicio diario quizás observada por alquien en un terraza que toma café granizado
Espejismos Afixia agobia oprime rompe y rasga me quema me abrasa odio esta calima esta tarde caliente es por el calor no me gusta me recuerda a tí me hace ver espejismos donde no hay más que fantasmas de papel y una ciudad abrasadora es este calor no lo sé bien, o quizás sea yo.
Se nos fue un grande, hoy a los 88 años de edad, el poeta y escritor uruguayo, Mario Benedetti, nos dejaba tras una larga enfermedad, el se ha ido, pero su recuerdo al igual que sus escritos y palabras nos quedarán para siempre.
CHAU NÚMERO TRES Te dejo con tu vida tu trabajo tu gente con tus puestas de sol y tus amaneceres sembrando tu confianza te dejo junto al mundo derrotando imposibles seguro sin seguro te dejo frente al mar descifrándote a solas sin mi pregunta a ciegas sin mi respuesta rota te dejo sin mis dudas pobres y malheridas sin mis inmadureces sin mi veteranía pero tampoco creas a pie juntillas todo no creas nunca creas este falso abandono estaré donde menos lo esperes por ejemplo en un árbol añoso de oscuros cabeceos estaré en un lejano horizonte sin horas en la huella del tacto en tu sombra y mi sombra estaré repartido en cuatro o cinco pibes de esos que vos mirás y enseguida te siguen y ojalá pueda estar de tu sueño en la red esperando tus ojos y mirándote.
A flor de piel saltando bajo la lluvia que inunda mi alma, escondida tras esa sonrisa tonta que llevo pegada todo el día, a flor de piel con cada poro sensibilizado a las sopresas que aguardan, sintiendo cada sensación en el huracán de los momentos, gritarle al sol aullarle a la luna que me siento viva nueva, renovada, auténtica, esperanzada, a flor de piel.
Nos queríamos sin quererlo, nos queremos sin saberlo.
No creas que te olvido pero tampoco creas que te recuerdo, simplemente te siento en mi mente en mi piel en mi corazón en cada parte de mi, no te olvido ni te recuerdo, sólo te siento.
Algunas tardes te echo de menos y otras en cambio te echo de más, difícil tarea ésta de olvidarte, suicidio de sentimientos que se rebelan dentro de mí, es la primera revolución de la que no forma parte yo, curioso ésto del amor.
Extraña la vida, a veces se gana a veces se pierde, otras, tan sólo se vive.
Me estremezco al sentir tus labios subiendo por mi cuello, explorando mi garganta hasta llegar a mi boca. Tiemblo cuando rozas mi piel con tus delicadas manos y trazas el mapa de mi cuerpo que de memoria conoces, te abrazo desapareces la oscuridad mi habitación en penumbra, mi cama vacía que te extraña y pregunta por tí.
Un cuerpor cálido que se apriete junto a mi, caricias que salgande un instinto salvaje, besos a flor de piel que alimenten mi sed, sed que me ahoga y que me quema la piel, piel sin guardián mas que la soledad.
Abandonamos Nunca Jamás para no volver, para crecer, y lo perdimos para siempre .
Cuando pienso que te fuiste, negra sombra que me asombras al pie de mis cabezales, vuelves haciéndome burla.
Cuando imagino que te has ido, en el mismo sol te me muestras, y eres la estrella que brilla, y eres el viento que sopla.
Si cantan, eres tú que cantas, si lloran, eres tú que lloras, y eres el murmullo del río y eres la noche y eres la aurora.
En todo estás y tú eres todo, para mí y en mí misma moras, no me abandonarás nunca, sombra que siempre me asombras.
Versión original, en gallego:
Cando penso que te fuches, negra sombra que me asombras, ó pé dos meus cabezales tornas facéndome mofa. Cando maxino que es ida, no mesmo sol te me amostras, i eres a estrela que brila, i eres o vento que zoa. Si cantan, es ti que cantas, si choran, es ti que choras, i es o marmurio do río i es a noite i es a aurora. En todo estás e ti es todo, pra min i en min mesma moras, nin me abandonarás nunca, sombra que sempre me asombras.
La “negra sombra” que le asombra cada vez que el recuerdo le invade su memoria; piensa, luego añora.
En este conocidísimo poema, el cual está insertado en Follas Novas (1880), sorprende la forma métrica utilizada: cuatro estrofas de cuatro versos, octosílabos y con rima asonante en los versos pares, formando así una forma de poema denominado romance. Este tipo de poema es muy utilizado por Rosalía de Castro; gusta mucho de la rima asonante, ya que la rima consonante la relega a un segundo o tercer plano. La asonancia que utiliza es característica de la autora como podemos observar en el susodicho poema y en el resto de poemas que comentaremos luego.
A modo informativo y siguiendo las propuestas ofrecidas sobre el análisis del sistema rítmico de nuestra poesía de Andrés Bello, habría que decir que la gran mayoría de clausulas rítmicas utilizadas por Rosalía de Castro son tónicas, tanto clausulas rítmicas bisílabas trocaicas como clausulas rítmicas trisílabas dactílicas.
A medida que vamos profundizando en el poema, nos damos cuenta de su estructura externa que es bastante explícita ya que con una simple lectura del poema vemos varias unidades léxicas que nos llama la atención. Por un lado, podemos acotar una serie de paralelismos formales y conceptuales, repeticiones y contrastes: luz-oscuridad, acercamiento-proximidad, movimiento-quietud, juego entre el “tú” y el “yo”, etc. Todos estos contrastes se dan a lo largo de los dieciséis versos que forman esta bella composición. Por otra parte, la presencia de repeticiones de estructuras gramaticales:
“Cuando pienso que te fuiste, (verso primero) Cuando imagino que te has ido.” (Verso quinto)
“Y eres la estrella que brilla, (verso séptimo) Y eres el viento que sopla, (verso octavo) Y eres el murmullo del río, (verso undécimo) Y eres la noche y eres la aurora.” (Verso duodécimo)
Todos estos versos tienen relación con respecto a su estructura gramatical. Estos versos están distribuidos por todo el poema.
Prosigamos comentando la estructura externa de “negra sombra”: en el mismo verso duodécimo existe un pleonasmo insistente: “y eres”. También habría que comentar la utilización de los versos que a pesar de estar refiriéndose a un objeto inanimado, siempre van acompañados de un sujeto humano. Se hace, en otro verso, una personificación en “negra sombra que me asombras”. Siempre que aparece la “negra sombra” en los poemas de Rosalía, aparece con un contexto que define el significado de este sintagma, pero que nunca acaba por saberse ese “algo” que el lector necesita saber.
Otro elemento, magistralmente utilizado es el de la metáfora. El siguiente verso nos sorprende el uso tan exacto de una metáfora: “en todo estás y tú eres todo”, se construye una oración completa (complemento, verbo, conjunción, verbo, complemento).
También diremos, con respecto a la estructura externa del poema, que existen las repeticiones sintácticas, como comentamos antes, y además repeticiones de sonidos que en algunos casos hacen que los versos se embriaguen de un haz de oscuridad y de misterio digno de una gran poetisa:
“negra sombra que me asombras, Al pie de mis cabezales, Vuelves haciéndome burla.”
Para finalizar el comentario de esta parte externa de esta composición hay que hacer énfasis en las metáforas, ya que las estrofas 3 y 4 son un continuo ir y venir de esta figura retórica tan empleada, la cual explica, en cierta medida, la “negra sombra”, dándole a tal sintagma múltiple connotaciones:
“Si cantan, eres tú que cantas, Si lloran, eres tú que lloras, Y eres el murmullo del río, Y eres la noche y eres la aurora.
En todo estás y tú eres todo, Para mí y en mí misma moras, No me abandonarás nunca Sombra que siempre me asombras.”
Desde la perspectiva de la estructura interna, habría que explicar un acontecimiento que surgió en la vida de Rosalía de Castro, la muerte de uno de sus hijos a una corta edad. Este acontecimiento impregnó las obras de la autora de temperamento melancólico. Concretamente, en este poema vemos muchos de esos rasgos caracterizadores de esta gallega que habla con dolor, y tal vez, con lágrimas en los ojos, los cuales no volvieron a brillar como, a lo mejor, brillaron alguna vez. Como decíamos anteriormente, la muerte de su hijo fue plasmada en multitud de versos, por ello creo que en este poema también se manifiesta. Veamos el siguiente verso: “Cuando pienso que te fuiste”
Sólo con este verso el cuerpo del lector se retuerce por el dolor tan grande que pudo haber sentido esta madre necesitada de esperanza.
Preciosos versos los que le seguirán a este último:
“negra sombra que me asombras, Al pie de mis cabezales, Vuelves haciéndome burla”.
¿Por qué se dice que vuelve haciéndole burla? Quizá sea el recuerdo que hace que su alma siempre esté oscurecida por esta pérdida. Sombra que la atormenta, o ¿no?
Mirando al marpensé en tí, cosa bastante corriente, teniendo en cuenta que de las veinticuatro horas del día veintitrés de ellas son para ti y la que queda la paso desquiciándome pensando por qué no estás aquí. Mientras el cielo se tiñe de naranja terciopelo y el sol se esconde dando paso a la noche, te dibujo, usando los lápices de mi memoria trazo tu despreocupada sonrisa perfilo tu mirada profunda esbozo tu cuerpo, presa del pánico al percibir que olvido lo más importante que tú sigues sin estar aquí por mucho que me empeñe en dibujarte.
Una sombra acecha unos ojos vacíos, una mirada perdida, una boca cansada de esperar, un rostro pálido y una voz rota me suenan familiares, casi míos intento correr pero choco con algo, un espejo, mis temores se confirman quien me mira con sonrisa torcida no es otro que mi propio reflejo.
MªÁngeles Aguilar
Se abre el telón veo mi sombra encima del escenario no me sonríe me mira seria desde la escena es la sombra de mi tragicomedia
Alguien me dijo una vez que la vida te sorprende, así es Abril la sorpresa es su punto fuerte y el amor siempre está en el aire. Los sentimientos afloran y las sensaciones te acechan, treinta días de ternura implícita, de romántica magia, de regalos inesperados, de miradas furtivas, de ilusiones renovadas, así es Abril para tí y para mí deja que despeine tus ideas déjate llevar por Abril con sus aires de primavera y aromas de sueños sólo déjate llevar por Abril.
Días, horas, segundos y todo es poco tiempo para demostrarte el sentir que provocas en mí sólo al verte.
Verte,sin verte;sentir sin tocar; olerte, sin tu presencia. ¡Acaríciame!¡huele el perfume de mi vida! ¡no me dejes!... no lo intentes siquiera.
Tú y yo, y aún no te veo. ¡VEN y obsérvame!; te estoy mirando, pero no me dejas. ¿Cuántas veces he de morir diariamente para sentir que no te pierdo? indudablemente, mi destino es vivir en una muerte duradera y, no puedo hacer nada.
¡Levántame! levantame de ese suspiro eterno... de esa eterna muerte; muerte opaca y maniquea. ¡TE ESPERO!
Cédeme el trono de tu vida y yo a cambio dejaría retorce las tuercas de mi alma.
Cédeme todo aquello que me diga todo lo que provoco dentro de la oscuridad de tu ser; ¡cédemelo!
Tal vez, y sólo tal vez, yo también te regale algo que difícilmente puedas despreciar; te cedo el trono de mi eternidad, ¿te apetece compartirla conmigo?
Piénsatelo porque... sentado en el poyete entre la vida y la muerte me encuentro y desearía una respuesta positiva, aunque, claro está que si la respuesta fuese negativa, me quedará toda una vida para decirte lo mucho que te hubiese querido.
Muero y todavía sin respuesta... todavía sin respuesta... todavía. No me queda otra que jugar al juego de los gatos que no quieren dormir por miedo a no existir; allá donde vaya mi alma... siempre permanecerá despierta y receptiva al sabor de tus labios congelados por el silencio... ¡despierta del silencio y dime algo! Todavía sin respuesta... todavía... y mis ojos me obligan a cerrarlos... ¿sabrás donde encontrarme?
"adiós" se dice cuando normalmente te despides de alguien; utilizamos la palabra "adiós" para intensificar nuestro agobio y desesperación por la desaparición de un ser querido o no; "adiós" es olvidarte de alguien o de algo debido a diferentes puntos de vista; "adiós"... ¡cuántos tipos de "adiós" existen! y, ¡cuánto dura un "adiós"!
¿Cuánto dura un "adiós"? ¿eternamente?, ¿un mes?, ¿una semana?, ¿un día? o tal vez, ¿una hora? No sé, pero quiero saberlo, ya que yo tengo un "adiós" en mi mente que no me angustia, sino que me agobia, y lo que es peor aún, me entristece. Un "adiós"... ¿por qué decirlo? algunas veces te arrepientes o te sientes mal por haberlo dicho, ¿por qué lo pronuncié? ¿por qué lo pronunciaste?
En fin, pienso... reflexiono... lloro... y me doy cuenta de que... la duración de mi "adiós" depende de ti, ¿cuánto quieres que dure? no te aconsejo nada, no soy quien para hacerlo.
¡puf!, es tarde, ¿no? he de irme, pero antes he de decir... ¿adiós? sí, adiós. Y me pregunto, ¿cuánto durará éste?
Pasear; gritar; llorar; comentar. Todo es un continuo vaivén... para allá, para acá... todo se mueve como si el mundo se fuese a desintegrar. Tú y yo y, todo lo demás.
¡Quietos! -gritaba en mi interior- No, no era quien para parad el tiempo y, menos aún, la vida.
¡Callaos! -me desesperaba por momentos-. Mi voz consternada, debajo de mi alma impávida y sollozante, no se atrevía a sobresalir por encima de todo aquello que me rodeaba, que nos rodeaba.
¿Y ese hombre? Camina sin cesar agarrando una cerveza en la mano. Lo vuelvo a ver ¿otra vez? y ¿otras vez? y... sigue sin mirarme; no me mira; no sabe que estoy aquí observándolo, ¡eh, estoy aquí!
¿y ese chico? ¿duerme? me pregunto en lo que estará pensando. Duerme plácidamente, pensará en algo agradable y acariciante, ¿no? ¿tú qué piensas?
Nadie me mira; no saben que estoy aquí; no saben ni que existo. ¿Y si doy un grito? Tal vez, tampoco me hagan ni caso, ¡gritar es algo común en este país! En fin.
¡Tú! tú sí que me miraste, pero volviste a cerrar los ojos, ¿por qué? ¡ábrelos de nuevo! Necesito que alguien fije su mirada en mí para sentir ese calor inquietante que unos ojos pueden transmitir. No me quieres volver a mirar, ¡descansa!
¿Ya ha de terminar esto?, ¿me dejan de nuevo aquí? ¡No!¡Sí! Bueno, muy pronto os veré de nuevo a todos, o ¿no?
Sí, lo sé, he de salir ya. Salgo, salgo del barco y piso tierra. El tiempo... el tiempo empieza a contar en detrimento de la necesidad insaciable de descanso, ¿y ahora?, ahora... ¿qué hora es?
Vuelve a contarme eso que me decías ayer; vuelve a decirme que ese tortazo que te dieron ayer era un beso hastiado, un beso roto sin sabor, un beso sin serlo; vuelve a contarme… simplemente, cuéntame para que cuando plasme tus penas en papel, de manera inmediata, se borren de tu mente; cuéntame, pronunciaba mientras te hacías la que no escuchabas, o la que no quería escuchar; cuéntame…
¡Puf! ¿Sabes cuánto duele el tortazo de una persona a la que amas?, ¿sabes lo que se siente cuando te pega ese amor personificado? – preguntaba “la mujer” a eso que llamamos “felicidad”-. Dame una respuesta y creeré en ti. Felicidad, ¿Existes o te inmiscuyes cuando intento descubrirte? Quiero sentir, quiero que veas que yo también puedo volar hacia más allá de la tristeza. ¡Estoy aquí! Yo también sé existir…
Brillaré en ti cuando te des cuenta de que el beso hastiado no es más que un tortazo; brillaré en ti cuando sepas que un insulto no es una palabra malsonante; brillaré en ti cuando descubras y admitas que eres una mujer maltratada; brillaré en ti cuando puedas brillar por ti misma y no estés subordinada al diablo. Haz todo esto que digo para que yo pueda volver a eso que nunca debí abandonar: tu cuerpo, tu vida, tu familia – se expresaba “la felicidad”-.
¡Soy una mujer maltratada!, ¿me escuchas? No sé si estoy, si estaré o si nunca he estado, pero lo que sí sé es que quiero estar, y creer en que estaré. Y tú, tú que estás ahí viendo mi pena y te ríes, te digo: ¡déjame estar y no me quites la vida por el mero hecho de que no te haga bien la comida, o que estés cansado de trabajar y tengas que pagar tu mal conmigo!, ¡déjame ya! ¿Tú por tu lado y yo por el mío?, ¿existen dichos lados? En fin, al menos sé que puedo construirlos… y… ¿Adiós? Sí, adiós.
Adiós… te he querido pero ya no te quiero; te he admirado pero ya soy libre de tu machismo; te he deseado pero ahora te detesto… te detesto… siempre te detestaré… adiós… y… ¡HOLA!
Hola, ¿qué tal? Hacía tiempo que ya no nos veíamos, ¿no? Te echaba de menos, por eso no quiero volver a perderte, ¡no me abandones! Ahora, ahora sí sé que existes. Ahora, ahora soy feliz.