Cédeme el trono de tu vida y yo a cambio dejaría retorce las tuercas de mi alma.
Cédeme todo aquello que me diga todo lo que provoco dentro de la oscuridad de tu ser; ¡cédemelo!
Tal vez, y sólo tal vez, yo también te regale algo que difícilmente puedas despreciar; te cedo el trono de mi eternidad, ¿te apetece compartirla conmigo?
Piénsatelo porque... sentado en el poyete entre la vida y la muerte me encuentro y desearía una respuesta positiva, aunque, claro está que si la respuesta fuese negativa, me quedará toda una vida para decirte lo mucho que te hubiese querido.
Muero y todavía sin respuesta... todavía sin respuesta... todavía. No me queda otra que jugar al juego de los gatos que no quieren dormir por miedo a no existir; allá donde vaya mi alma... siempre permanecerá despierta y receptiva al sabor de tus labios congelados por el silencio... ¡despierta del silencio y dime algo! Todavía sin respuesta... todavía... y mis ojos me obligan a cerrarlos... ¿sabrás donde encontrarme?
Emmanuel Rojas Benítez.
REY DE LA NADA
Author: Emmanuel Rojas / Etiquetas: texto
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1 comentarios:
y ésta también!
Rey de la nada...
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